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El Mar Menor

Actualizado: 20 may 2021

La mayor laguna salada de europa


El Mar Menor es una albufera de agua salada que se encuentra en el sureste de la Región de Murcia, en España. En este artículo intentaremos explicar con sencillez cuáles son sus características más importantes, así como realizar un breve análisis del grave proceso de eutrofización al que se enfrenta. Comenzaremos hablando sobre su entorno, explicando detalles climáticos, geológicos, geomorfológicos e hidrológicos. Más tarde nos adentraremos en su biodiversidad, iniciando este apartado con la flora y finalizando con la fauna, y, finalmente, abordaremos su problemática. Comencemos.


análisis del ENTORNO


El Mar Menor se encuentra en la zona denominada Campo de Cartagena, que se ubica al Sureste de la Región de Murcia, en los municipios de Torre-Pacheco, Fuente Álamo, Cartagena, La Unión, Los Alcázares, San Javier y San Pedro del Pinatar. Se encuentra delimitada por la Sierra de Carrascoy y la Sierra de Columbares por el Norte y Noreste respectivamente; la Sierra del Algarrobo y la Sierra de la Muela por el Suroeste; la Sierra Minera de Cartagena y La Unión por el Sur; y finalmente, en el Este, por la mayor laguna salada de Europa, el Mar Menor. Corresponde a una unidad hidrogeológica situada en la Región de Murcia, caracterizada por formar una extensa llanura cuya extensión es de 1.698 km² (Romero Díaz y Belmonte Serrato, 2011).


Durante gran parte del año, la región queda refugiada bajo la estabilidad atmosférica que produce el anticiclón de las Azores, principal causante de las altas temperaturas a las que se ve sometida, por lo que su media anual suele situarse alrededor de los 18°C (AEMET, 2020). Las precipitaciones, sin embargo, están determinadas en mayor parte por la corriente en chorro o jet stream. Al año se pueden alcanzar unos 300-350 mm (AEMET, 2020), por lo que es una de las zonas más secas de la península.


En ocasiones, estos descuelgues de aire frío, junto con las condiciones necesarias, pueden provocar lluvias torrenciales muy severas que ocasionan grandes avenidas. La escasez de precipitaciones, unido a las elevadas temperaturas provoca que las necesidades de agua en la zona sean muy altas, ocasionando un déficit hídrico muy elevado, alrededor de unos 500 mm al año (Romero Díaz y Belmonte Serrato, 2011).


En el Campo de Cartagena se encuentra un sistema multicapa compuesto por cuatro acuíferos; tres profundos de carácter confinado, que datan de las épocas del Plioceno, Messiniense y Tortoniense, y uno superficial de carácter libre, que conecta con el Mar Menor y el Mar Mediterráneo, del Cuaternario. Este último se encuentra sometido a una intensa contaminación debida a las infiltraciones de productos fitosanitarios provenientes de la agricultura intensiva, llegando a alcanzar concentraciones medias superiores a los 100 mg/L (García Aróstegui, 2018).


La edafología del área de estudio (Figura 1) viene representada por los siguientes tipos de suelo (Romero Díaz y Belmonte Serrato, 2011):

  • Xerosoles cálcicos: Son suelos que presentan muy buenas aptitudes agrícolas, por lo que están frecuentemente dedicados a cultivos de regadío. En el Campo de Cartagena ocupan más del 80% de la cuenca.

  • Xerosoles petrocálcicos: Se localizan en los piedemontes de los sistemas montañosos que bordean el interior de la cuenca.

  • Regosoles calcáricos: Suelos con escasa permeabilidad y desarrollo. Es uno de los tipos de suelos más abundantes en la Región de Murcia.

  • Litosoles: La mayoría se encuentran en las zonas escarpadas de las sierras.

  • Solonchak gléicos: Se encuentran en la marina de El Carmolí, Lo poyo y Calblanque.

  • Arenosoles álbicos: Suelos muy permeables y con escasa capacidad de retención de agua. Se encuentran en las playas y barras litorales de La Manga del Mar Menor y Calblanque.

Figura 1. Mapa de tipos de suelo del Campo de Cartagena. Fuente: Elaboración propia a partir de VV.AA. (2000)


Al estar formada en gran parte por suelos muy cultivables, la mayoría de la cuenca del Campo de Cartagena está dedicada a la agricultura. Antiguamente, antes de la llegada del trasvase Tajo- Segura, la demanda de agua en la zona no era la actual. Los agricultores desarrollaban una agricultura tradicional de secano, cuyos cultivos se adaptaban a las condiciones climáticas de la zona y cuyo riego provenía en mayor parte de las extracciones del acuífero más superficial. Como ya hemos mencionado anteriormente, las lluvias eran escasas y las temperaturas relativamente altas, por lo que, para aplicar la agricultura actual, muy intensa, tecnificada, y de regadío, era necesario abastecer de una mayor cantidad de agua a la comunidad de agricultores.


En 1978 se produjo la llegada del Trasvase Tajo-Segura, lo que provocó un cambio tanto en el modelo agrícola como en la demografía de la zona. Hubo un incremento de población en los municipios de Los Alcázares, Fuente Álamo, San Javier, San Pedro del Pinatar y Torre Pacheco, motivado por el auge de la agricultura, cuya tecnificación se orientó al regadío intensivo que actualmente conocemos.



BIODIVERSIDAD


VEGETACIÓN POTENCIAL


El ámbito de estudio se circunscribe a la región biogeográfica mediterránea, y dentro de la

misma a la Provincia Murciano-Almeriense. El piso bioclimático dominante es el termomediterráneo, caracterizado por presentar temperaturas medias anuales de entre 17-19 ºC, una media de las mínimas del mes más frío de entre 4-10 ºC y una media de las máximas del mes más frío de entre 14-18 ºC. Tan sólo una pequeña zona en la sierra de Carrascoy se encuentra en el piso mesomediterráneo.


El Mapa de Series de Vegetación de España aplicado al ámbito de estudio refleja la presencia de 8 series diferentes, de las cuales la más extendida son los lentiscares, con más del 70% de superficie: Serie termomediterránea murciano-almeriense semiárida de Pistacia lentiscus o lentisco (Chamaeropo-Rhamneto lycioidis sigmetum).


En las sierras prelitorales la vegetación potencial se compone de vegetación esclerófila de

encinares y coscojares, estando más distribuidos los coscojares. En las sierras litorales situadas al sur de ámbito de estudio predomina la vegetación potencial de cornical

(Periploca angustifolia). En el Campo de Cartagena, la llanura litoral, la vegetación potencial es de lentiscares y espinales de azufaifos en menor medida. Por último, en el Mar Menor se

encuentran en La Manga dos tipos de vegetación específicas: saladares y salinas (parte norte) y dunas y arenales costeros (parte sur).


Por su parte, las islas e islotes presentes dentro del Mar Menor y en zonas del ámbito marino se distribuyen entre vegetación de lentiscar (Isla Mayor, Isla Perdiguera, islas Hormigas) y de dunas y arenales (Isla del Ciervo, Isla del Sujeto, Isla Rondella, Isla Grosa).


VEGETACIÓN ACTUAL


La llanura litoral del Campo de Cartagena se encuentra actualmente muy modificada en lo

referente a la vegetación potencial, siendo mayoritarios los usos agrícolas y también importantes las superficies artificiales (Figura 2). Cultivos de regadío, de secano y zonas urbanas suponen casi las tres cuartas partes de la superficie del ámbito de estudio (74,2%). Las superficies ocupadas por la vegetación natural se encuentran dominadas por zonas de matorral (20,6% entre matorral y espartal), siendo muy escasas las formaciones arboladas (pinares un 2,9%) y con un 2,2% restante de otras formaciones (saladares, ramblas y márgenes de cauces, dunas). Geográficamente, las zonas arboladas se localizan en las sierras prelitorales y en pequeñas zonas de las sierras litorales. Los matorrales y espartales se localizan en cotas más bajas de las sierras prelitorales y casi en toda la extensión de las litorales, así como en pequeñas elevaciones dentro de la llanura del Campo de Cartagena (cabezos, cerros). También es la vegetación principal en todas las islas e islotes del ámbito marino. En entorno del Mar Menor, donde no hay superficies urbanizadas, se encuentra dominado por vegetación de saladares, restringiéndose las dunas a la zona de San Pedro del Pinatar.

Figura 2. Tipos de usos del suelo del Campo de Cartagena. Fuente: Elaboración propia a partir de CLC18 (IGN, 2018).


La cuenca se caracteriza por no tener corrientes superficiales continuas, por lo que su principal sistema de drenaje viene dado por ramblas y barrancos que desembocan en el Mar Menor, entre ellas, destaca la Rambla del Albujón, red drenaje más importante de la zona.



COMUNIDADES BIOLÓGICAS


El Mar Menor es una laguna costera casi cerrada que originariamente se comunicaba con el

Mediterráneo por medio de tres canales naturales (golas) muy someros y por medio de los pasos que se abrían en La Manga varias veces al año, cuando ésta se rompía por la fuerza de los temporales. Debido a estas condiciones de semiaislamiento, a la carencia de aportes

permanentes de aguas dulces y a la existencia de una elevada evapotranspiración, las

condiciones de salinidad y temperatura eran extremas. Posteriormente, con la apertura de dos canales artificiales (El Charco en el siglo XIX y El Estacio en la década de los 70) las condiciones lagunares se han ido suavizando (salinidades 44‐47 ups y temperaturas 8-38 ºC en las partes más someras) lo que ha permitido el asentamiento de nuevas especies provenientes del Mediterráneo próximo, aumentando su biodiversidad y provocando una pérdida en la singularidad de sus comunidades. En esta época se produjo la entrada de Caulerpa prolifera, una macroalga bentónica que desde entonces ha ocupado la mayoría de la superficie lagunar formando praderas más o menos densas, habiendo contribuido de forma ostensible al cambio de las comunidades biológicas presentes en la laguna hasta entonces. La laguna, originariamente oligotrófica, pasó a ser hipertrófica a partir los años 80, debido a la actividad agraria. Esto supuso un aumento de la entrada de agua dulce y de nutrientes a la laguna. No obstante, el proceso de eutrofización de las aguas lagunares, observado en otras lagunas mediterráneas, no ha sido tan acusado en el Mar Menor. Se sugiere que las praderas de C. prolifera, Cotylorhiza tubercultata y Rhizostoma pulmo, han actuado como elementos que han absorbido el exceso de nutrientes, por un lado, y las proliferaciones masivas de plancton, por otro, evitando la eutrofización.


Comunidades bentónicas:

La Estrategia Marina de la Demarcación Levantino-Balear describe 17 sub hábitats diferentes en el Mar Menor. Según esto, las biocenosis de sustratos rocosos tienen una diversidad de especies baja, una madurez estructural media baja y los sustratos blandos presentan una diversidad baja y madurez estructural baja, destacando el enfangamiento de sus fondos, la implantación generalizada de una biocenosis de amplia valencia ecológica y el desplazamiento de biocenosis de mayor valor ecológico (praderas de angiospermas marinas). Esta situación se define como típica de ambientes altamente inestables, como son las lagunas costeras con fuertes presiones de tipo antrópico.


Comunidades planctónicas:

Los nutrientes, la luz y la turbulencia son algunos de los principales factores ambientales que

determinan la estructura plantónica del Mar Menor. El fitoplancton es especialmente sensible a los nutrientes, cambiando habitualmente su composición en función de las concentraciones. Al tratarse de una laguna somera, el viento y las corrientes resuspenden tanto materiales del fondo como organismos epibentónicos (fundamentalmente diatomeas) con altas tasas de filtración. Estos organismos, junto con los filtradores del zooplancton (mayormente ciliados y copépodos) pueden crecer masivamente llegando a consumir prácticamente todo el fitoplancton pequeño. Cuando esto ocurre junto con varios días anticiclónicos en ausencia de vientos, tanto las partículas como las células grandes sedimentan y provocan lo que se ha denominado “fases de aguas limpias”. A finales de los años 80 era habitual encontrar tanto proliferaciones de microalgas planctónicas, dando un color más verdoso al agua, como fases de aguas limpias, dejando el agua completamente transparente.


Comunidades ícticas:

El Mar Menor se puede clasificar como una laguna marina e hipersalina con perturbaciones

abióticas poco frecuentes e intensas. Esta característica, junto con una elevada heterogeneidad de hábitats a diferentes escalas espaciales, favorece el desarrollo de una abundante y diversa comunidad de peces. Así, varios autores la han presentado como una de las lagunas mediterráneas con mayor riqueza de especies en su componente ictiofaunístico (Oliva Paterna et al., 2016). Puede destacarse la presencia de especies residentes con un elevado interés en conservación, como son el fartet (Aphanius iberus), el caballito de mar (Hippocampus guttulatus), actualmente sometidas a grandes presiones y con caídas evidentes de la población, así como la aguja de río (Syngnathus abaster) y el torito o zorrita (Pomatochistus marmoratus), todas ellas incluidas en catálogos de normativas nacionales e internacionales referentes a la conservación de la biodiversidad. Además, la laguna juega un importante papel en la ecología reproductora de una alta variedad de especies de peces (hábitats óptimos para la puesta y desove, áreas de alevinaje y zonas adecuadas para el crecimiento de juveniles), muchas de éstas con un alto interés comercial.


Avifauna:

La laguna del Mar Menor es una zona de gran importancia como zona de alimento y cría de

avifauna. La presencia de aves piscívoras además es un buen indicador del estado de salud de la laguna, ya que son importantes depredadores en la laguna y todos los impactos que perturban a sus presas potenciales (incluidos los cambios en la salinidad, entradas de nutrientes, contaminación o presión pesquera) les afectarán de forma drástica.

El incremento de nutrientes y su incorporación a las cadenas tróficas se asocian con una sucesión en la comunidad de aves lagunares invernantes del Mar Menor, a lo largo de fases caracterizadas por su composición y por la abundancia relativa de las principales especies. En las últimas fases son evidentes las tendencias negativas, tanto de las especies que han protagonizado las etapas intermedias como de otras genuinas del ambiente hipersalino y oligotrófico original, caso de la Serreta mediana (Mergus serrator). Otras especies, como el Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) y el Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) muestran tendencias demográficas favorables y han acabado dominando la comunidad, interpretándose esto en parte como una respuesta a la eutrofización local.



PROBLEMÁTICA


Explicar el problema que lleva sufriendo el Mar Menor en unas pocas líneas es, cuanto menos, complicado, pero podría resumirse con facilidad en una palabra: "mala gestión". Durante años, la laguna ha estado sometida a grandes presiones tanto artificiales como naturales: La saturación urbanística de las costas del Mar Menor a causa de un turismo masivo en las últimas décadas ha alterado las condiciones naturales de un terreno invadido de edificios, caminos e infraestructuras que exigen una reordenación del mismo más respetuoso con el medio ambiente original, además, la laguna recibe vertidos de aguas fecales y metales pesados procedentes de los municipios costeros -sobre todo de la Rambla del Albujón (mayor red de drenaje de la cuenca) -además de productos contaminantes derivados de una agricultura intensiva "despiadada", en especial nitratos y fosfatos que fomentan la proliferación de algas que asfixian las aguas de la albufera. Muchas de estas parcelas de destinadas a la agricultura, desaladoras, explotaciones ganaderas, etc... no respetan las leyes medioambientales e incluso son completamente ilegales. Como resultado de ello, los episodios de grandes lluvias, cada vez mas recurrentes en la zona, arrastran enormes cantidades de estos productos al mar, además de los que llegan por las aguas subterráneas, drenadas por el acuífero cuaternario. Este sufre un gran estrés hídrico s, al ser extraída su agua para labores agrícolas y contaminarse por filtración de dichos sanitarios. ¿La causa de todo? Que el gobierno estatal y regional no se ponen de acuerdo respecto a la estrategia para afrontar la grave situación. Como consecuencia de tantos años sin realizar ninguna acción, ni correctiva, ni preventiva en el origen, ocurrió lo inevitable.


la asfixia del mar menor


El pasado 12 de octubre de 2019 tuvo lugar una de las mayores catástrofes medioambientales que se han presenciado en Europa en los últimos años; peces, cangrejos, langostinos, anguilas, salían del agua como si esta hirviera. Se amontonaban en las orillas del mar por millares dando como resultado una escena dantesca.



Los expertos en la laguna sitúan el origen del desastre en la gestión de la tierra que rodea las 17.000 hectáreas de la masa de agua. Sobre todo apuntan a la agricultura intensiva que ha contaminado el terreno y las aguas subterráneas con nitratos procedentes de los abonos, que acaban en el mar Menor y lo eutrofizan [suben los nutrientes que hacen crecer al fitoplancton, provocando una disminución del oxígeno]. La poca o nula planificación urbanística con unas redes de saneamiento mal diseñadas multiplica el problema, que se está cronificando de tal forma que en cualquier momento se pueden volver a desencadenar episodios agudos de mortandad. Los efectos de las riadas son mucho mayores al haber desaparecido una agricultura de secano, ubicada en terrazas y bancales, que retenía el agua. La solución es muy compleja porque, incluso si no entraran más nitratos de la cuenca, la liberación de los que ya contaminan los acuíferos que descargan en el mar Menor continuará durante bastante tiempo.


La crisis ecológica que ocurrió en 2019 tuvo un gran impacto en las poblaciones de especies marinas que residen en el norte de la laguna. El pejerrey, el pez aguja y el pez gobio fueron los que más se vieron afectados por la capa anóxica. Son especies bentónicas que viven en el fondo marino y tienen escasa capacidad de movimiento. Hasta ahora, no han presentado signos de recuperación en las zonas más impactadas por la anoxia.


Una nueva Ley


En el mes de julio de 2020 la Asamblea Regional de Murcia aprobó la Ley de Protección Integral del Mar Menor. La ley introdujo 130 medidas. Entre ellas, se estableció una franja de protección en un perímetro de 1.500 metros alrededor de la albufera, además de una moratoria de tres años para nuevos desarrollos urbanísticos, instalación de nuevos invernaderos y ampliación de cabaña ganadera. La Consejería de Medio Ambiente asegura que, desde entonces, se aplican las medidas que recoge el texto y se regulan las actividades agrícolas, pesqueras, ganaderas, turísticas, urbanísticas, mineras y de navegación. El futuro dirá si está en lo cierto.



REFERENCIAS


R. (2019, 16 octubre). Cinco claves para entender por qué se muere el mar Menor. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/natural/20191015/47997788811/muerte-masiva-de-peces-mar-menor-claves-entender-degradacion-contaminacion.html


D. (2019a, octubre 12). Mar Menor: Historia profunda de un desastre. Datadista. https://especiales.datadista.com/medioambiente/desastre-mar-menor/



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